Conceptos Básicos de Terapia

¿Qué es realmente la terapia?

La terapia (también llamada psicoterapia o terapia conversacional) es un espacio privado para hablar sobre lo que tengas en mente: estrés, relaciones, identidad, ansiedad, duelo, trauma o incluso la vida cotidiana.

Es un espacio donde te escuchan, no te juzgan.

No tienes que estar en crisis para ir.
No necesitas saber exactamente qué decir.
Solo tienes que presentarte.

¿Y si la terapia se siente como un tabú?

Algunas personas crecen escuchando ciertos mensajes sobre la terapia, como:

Estas creencias son más comunes de lo que piensas.
A menudo vienen de la cultura, la crianza o experiencias pasadas.
Eso no significa que no les importe; solo que tal vez no lo entienden.

Pero los tiempos están cambiando—y también la forma en que hablamos sobre la salud mental.

La terapia no se trata de estar roto.

  • Se trata de:


  • • Aprender nuevas herramientas
    • Crecer emocionalmente
    • Tener un espacio seguro y privado para entenderte mejor

Incluso si las personas a tu alrededor no lo entienden, está bien.


Tienes derecho a explorar la terapia, hacer preguntas y cuidar tu mente, sin importar lo que otros piensen.

Qué esperar en una sesión

• Las sesiones suelen ser individuales y confidenciales
• Hablas a tu propio ritmo—nada es forzado
• Un terapeuta con licencia escucha, hace preguntas y te ayuda a reflexionar
• Tú estableces las metas y guías la dirección

Algunas sesiones pueden ser emocionales. Otras pueden sentirse como una conversación normal. Ambas son válidas.

Algunas sesiones pueden ser emocionales. Otras pueden sentirse como una conversación normal. Ambas son válidas.

Qué es (y qué no es) la terapia

La terapia puede parecer confusa o incluso intimidante si nunca has ido antes, y está bien.

En esencia, es un espacio para sentirte escuchado, explorar lo que piensas y aprender formas de cuidar tu salud mental.


No se trata de estar “roto” o tener todas las respuestas; se trata de recibir apoyo mientras descubres las cosas a tu propio ritmo.

La terapia es:

  • Un espacio para ser tú mismo

  • Una oportunidad para aprender herramientas nuevas y obtener claridad

  • Una relación basada en la confianza y el respeto

  • Apoyo para todo tipo de desafíos—grandes o pequeños

  • Un proceso que toma tiempo y se ve diferente para cada persona

La terapia no es

  • Solo para problemas “serios”

  • Un lugar donde te dicen qué hacer

  • Sobre “arreglarte”

  • Siempre fácil

  • Algo que funcione de la noche a la mañana

  • Una debilidad—pedir ayuda requiere valentía

Recuerda:

La terapia es personal.
Puedes avanzar a tu propio ritmo, establecer tus propias metas y expresar lo que te resulta útil (o no).
Si un terapeuta no es el adecuado, está bien cambiar. Hay otros que pueden ser una mejor opción.


Lo más importante es encontrar un apoyo que te haga sentir bien.

Cómo aprovechar al máximo la terapia

Establece metas, incluso pequeñas
Las metas ayudan a guiar tus sesiones y a ver tu progreso. Puede ser tan simple como: “Quiero sentirme menos abrumado/a.”

Sé lo más honesto que puedas
La terapia es más útil cuando eres auténtico, incluso si es confuso, difícil o incómodo.

Pide un nuevo terapeuta si lo necesitas
Si no sientes conexión o no te sientes escuchado, está bien cambiar. Encontrar al terapeuta adecuado marca la diferencia.

Reflexiona entre sesiones
Anota cosas, nota patrones o simplemente revisa cómo te sientes. El crecimiento muchas veces ocurre entre sesiones.

Cómo encontrar un terapeuta

Empieza local

Los consejeros escolares, clínicas o centros de bienestar universitarios pueden conectarte con opciones.

Cómo encontrar un terapeuta

Prueba sitios web como Psychology Todayomh.ny.gov, NYS rural resources, o rl portal de tu seguro medico

Pide referencias

A un médico, un adulto de confianza o incluso un amigo.

Opciones de bajo costo

Busca clínicas comunitarias o terapeutas con tarifa variable según ingresos.

Clinicas

¿Es este terapeuta adecuado para mí?

Encontrar un terapeuta que se ajuste a tus necesidades es fundamental.
Debes sentirte seguro, comprendido y apoyado.
Si algo se siente mal—grande o pequeño—está bien cambiar.


Mereces una atención que te haga sentir bien.

Algunas preguntas para reflexionar durante las primeras sesiones:


• ¿Me siento escuchado/a y respetado/a?
• ¿Me siento seguro/a siendo honesto/a?
• ¿Trata de entender mi perspectiva?
• ¿Me siento apoyado/a y no juzgado/a?

Si respondes “no mucho” a alguna de estas, está bien.
Siempre puedes intentar con otra persona.


La terapia debe sentirse como un espacio donde puedes ser tú.